Ser etiquetado como «trabajador migrante» puede ser como ser marcado como un vagabundo, y para muchos, trabajar en una tierra desconocida implica una vida llena de trabajo monótono. Sin embargo, a través de una oportunidad afortunada, la Organización Mundial de Trabajadores, Taiwán, ha podido comenzar a ofrecer oportunidades de servicio voluntario que aumentan la confianza en sí mismos y brindan una sensación de logro.
Desde ayudar en las celebraciones de Eid al-Fitr hasta trabajar con el metro de Taipéi en la víspera de Año Nuevo, los trabajadores migrantes del sudeste asiático se han convertido en valiosos voluntarios capacitados, no solo sirviendo a sus propios compatriotas sino brindando asistencia importante a las organizaciones de servicio público. Alcanzar una mano para servir también les ayuda a integrarse sin problemas en la sociedad taiwanesa y a encontrar un hogar acogedor en esta tierra extranjera.
